Recientemente hemos cerrado un curso. Un gran curso formado por personas maravillosas: un curso de Educación Emocional. Parece que la educación emocional es una parte que actualmente se trabaja mucho desde la escuela pero ¿qué pasa con las personas mayores? ¿Qué pasa con esa formación que no tuvieron ya que hablar de emociones estaba mal?
La finalidad del curso estaba centrada en conseguir un acercamiento a practicar y experimentar emociones en un público mayor que no ha tenido anteriormente esa posibilidad. El curso ha sido un éxito y ha conseguido llegar a los corazones de todas las alumnas.
Foto en grupo de finalización del curso
Consejo: Para que un curso de este tipo tenga éxito es muy importante adecuar los contenidos al tipo de grupo, hay que conocer al grupo para poder plantear objetivos. Por ejemplo, habrá grupos con los que podrás trabajar lo que siente cada persona individualmente y que se habrá a los demás, y en cambio, habrá otros en los que debes centrarte más en la transmisión de conocimientos y en que le sirva todo el contenido a las personas mediante dinámicas. En este caso, mi curso se basó en transmitir conocimientos básicos emocionales (expresión y comprensión emocional, saber decir no, pedir ayuda, entre otros) a través de dinámicas, teatro y role playing. Es importante tener un planteamiento de las sesiones y lo que vas a trabajar pero al final el día a día te enseña que cada sesión la adecuarás semana a semana y según como se vaya desarrollando el grupo irás cambiando algunos contenidos aunque finalmente consigas los mismos objetivos, la diferencia es la forma de transmitirlos.
Además, este curso estaba dirigido a unas mujeres de una asociación de un pueblo. Es interesante resaltar este aspecto ya que cuando se trata de zonas rurales es más complicado que estos tengan acceso a este tipo de contenidos.
En general, los resultados en cuanto a satisfacción con el curso ha sido altísima (una media de 9/10) pero al tratarse de solo 9 sesiones creen que el curso ha sido corto en el tiempo, lo que puede estar indicando que es necesario más actividades de este tipo en estas zonas rurales.
En fin, una experiencia muy muy gratificante en la que hemos sentido nuestras emociones a flor de piel y en el que el clima grupal ha sido excelente, digno de repetir. Espero coincidir más veces con todas estas mujeres y sobre todo que este curso les haya servido en su día a día y se hayan acercado un poquito más a este mundo tan desconocido para las personas mayores.
Os dejo una dinámica que utilicé en mi primera sesión y puede ser de ayuda:
- OBJETIVO SESIÓN 1 – ABANICO EMOCIONAL: Explorar las distintas emociones e intentar reconocerlas en uno mismo poniéndole nombre. Aprender el abanico emocional.
- Dinámica dime quien soy.
Tendremos unos post-its previamente preparados con nombres de emociones en letra mayúscula y grande (ASCO, IRA, FELICIDAD, SORPRESA…). Se colocarán a los participantes en círculo (sentados o de pie) y se les pegarán estos post-its en la frente de cada uno de ellos, de manera que ellos no ven que emoción les ha tocado.
Uno a uno saldrán al centro del circulo y el resto de compañeros le irán describiendo situaciones (tanto con lenguaje verbal como no verbal) en las que se puede tener esa emoción para que la persona que esté en le centro la adivine.
Para 15 personas es estima un tiempo de duración de 30 minutos. También dependerá de las preguntas que vaya haciendo el profesor y las aclaraciones que se necesitarán. Puesto que hay muchas emociones que desconocen (por ejemplo la empatía). También podéis ir preguntando sobre esa emoción (si la asocian con cosas positivas o negativas o si las reconocen muy a menudo…cuales son más extrañas o más cotidianas, etc), esto ya es cuestión de imaginación 🙂
Y hasta aquí por hoy…Nos vemos pronto 😉
¡¡¡Un abrazo!!!
Llaguneando 